Si hasta la guitarra llora
- ¡Si hasta la guitarra llora,
- siendo un madero vacío!
- ¿Cómo no he de llorar yo,
- si me quitan lo que es mío?
Autor: Anónimo
Fuente: Bárcenas Freyre, Jose. Su majestad la marinera: pocos ya quedan que te canten, que te bailen y que te quieran. Lima – Perú, 1990